Con la llegada de Septiembre y el Sol atravesando los últimos grados de Virgo, empezamos a notar como algo en nuestros cuerpos, mente y energía comienza a prepararse para el cambio de estación, de temporada, de propósitos, misiones y objetivos.
El año entra en su recta final y el Equinoccio con su energía de “iguales”, nos recuerda que el día y la noche duran lo mismo, que la luz y la oscuridad se igualan y que nosotros también necesitamos atraer la frecuencia del Balance a todo en nuestra vida.